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domingo, 4 de septiembre de 2011

Lo que queda

Ya de pleno metidos en el mes de Septiembre, las vacaciones empiezan a quedar lejos; afortunadamente, los efectos positivos aún se dejan sentir. Este vagabundear por los rincones de Lisboa, Cáceres o Mérida ha sido rico en encuentros, vivencias y reflexiones, pero ¿hasta qué punto?

Sombras en una calle de Lisboa

Es curioso, cuando llega el momento responder a preguntas del tipo ¿que tal las vacaciones? ¿qué has hecho? ¿lo has pasado bien? ¿has desconectado?, o cuando es uno mismo el que tiene ganas de hacer un breve relato de lo que ha visto o sentido durante esos días de viaje, siempre me quedo con la impresión de no transmitir lo esencial. Muchas veces es el miedo de revelar sentimientos que a ojos de muchos pueden parecer o ridículos o grandilocuentes. 

En mi caso, lo esencial de un viaje es que ha pasado algo (no sé exactamente qué) que hace que ya no me sienta el mismo que antes de haberlo hecho (incluso cuando retorno a sitios que ya conocía). En fin, cada vez  estoy más convencido de que un viaje que no te cambia no es un viaje.  

1 comentario:

  1. Estoy de acuerdo.
    Hay un capítulo de Dr. en Alaska donde uno de los personajes secundarios considera la siguiente cuestión:
    “En cierto sentido la vuelta, el regreso, da sentido a la partida. Realmente no sabemos dónde hemos estado hasta volver a donde estábamos. Sólo que donde estábamos podrá no ser lo que era a causa del cambio producido en nosotros, lo cual fue la causa de nuestra partida.”
    Creo que es un buen punto de partida para pensar sobre lo has escrito.

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