domingo, 18 de marzo de 2012

Policromías. Una realidad oculta.

Muchas veces me pregunto hasta que punto estamos dispuestos a aceptar la imagen del pasado tal como fue, o al menos tal como las últimas investigaciones van demostrando que fue. ¿Recordáis el escándalo que se desató apenas finalizada la restauración de la Capilla Sixtina? Acostumbrados como estábamos a esas otras tonalidades más suaves y ocre de los frescos ennegrecidos por el paso del tiempo, a muchos les resultaba imposible aceptar que Miguel Ángel hubiera optado por una paleta de colores tan "llamativa", y sin embargo, todo indica que así fue.


Por diversas razones, entre las cuales se cuenta sencillamente el cambio en los gustos, el paso de los siglos XIX y XX ha hecho que en la mayoría de nuestros pueblos las casas más antiguas muestren muros de piedra desnuda al aire, y que los templos parroquiales aparezcan desprovistos de los revestimientos que la mayoría de ellos lucieron, tanto al interior como al exterior. Muchos son los que aún hoy día siguen empeñados en sacar la piedra y dejarla vista, ya sea por esa visión romántica y pseudo-folk que se impone en el caso de la arquitectura popular, o por esa otra mirada hiperclasicista que todavía pervive en el caso de la arquitectura eclesial.  

Sin embargo, es preciso denunciar que pintar y revestir la arquitectura no fue un exceso barroco de los siglos XVII o XVIII. Fue lo habitual, una costumbre que tenía sus razones prácticas, y que podemos remontar a tiempos inmemoriales. De modo que, si hoy día al visitar un templo no vemos más que piedra, es porque en algún momento alguien decidió arrancarle la piel a tiras y no porque originalmente fuera así. 

En otras ocasiones son las paredes encaladas de blanco las encargadas de enmascarar la realidad pasada, y por ello, cada vez es más frecuente que los restauradores descubran pinturas y murales ocultos, como recientemente sucedió en la iglesia de San Martín de Bachicabo. Ojalá con descubrimientos como éste, empecemos a aceptar esa nueva imagen del pasado, una imagen menos gris, menos austera, una imagen polícroma y rica en matices.

En el caso de la iglesia de San Martín -y ya hace un par de años-, la empresa Petra. S.Coop. nos encargó a Enklabe KST realizar la rectificación fotográfica del retablo mural aparecido en el templo. Dado que esta semana pasada se presentaron oficialmente los resultados de los trabajos de restauración, en Enklabe KST hemos decidido aprovechar las posibilidades de internet para poner a disposición de los internautas una herramienta que les permita profundizar en los detalles del antes y después de las pinturas de Bachicabo. Buena investigación, esperamos que os guste. 

> Pincha aquí para ver la rectificación fotográfíca con el antes y el después de la restauración del retablo fingido de San Martin de Bachicabo.

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