Ya estaba tardando. En la era de internet, del i-pad y de los libros electrónicos, los arqueólogos seguimos usando la tinta china y el esmalte de uñas para siglar e inventariar los materiales recuperados en las excavaciones. Se acabó, en la Autónoma de Barcelona apuestan por la sigla digital.
Tengo que reconocer que me fastidia un poco porque veo que paulatinamente vamos perdiendo el romanticismo de esas tareas mecánicas que daban lugar a tantas horas de conversación e intimidad con los compañeros; ¿cuantas buenas amistades no han nacido a la sombra del flexo, repitiendo una y otra vez el mismo mantra, escribiendo sobre la superficie de la cerámica, del hueso, o de lo que tocara? Con todo, tampoco entiendo por qué seguimos aferrándonos a prácticas tan obsoletas. ¿Será deformación profesional?,¿que nos guste usar técnicas tan arqueológicas como los materiales que estudiamos?
Foto: Blog Arqueología de la Guerra Civil
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