sábado, 23 de julio de 2011

Manhattanhenge

Cuando -dentro de miles de años- los arqueólogos del futuro descubran los vestigios de Nueva York, es probable que se pregunten por qué razón la ciudad estaba estructurada de tal modo que -todos los 28 de mayo y los todos 12 de Julio-, el sol quedara perfectamente alineado con la cuadrícula de las calles de Manhattan. Elaboraran complejas teorías para explicar un fenómeno que hoy día sabemos que es casual, consecuencia lógica de la estructura puramente ortogonal de las calles neoyorquinas.

Posible aspecto de Manhattan dentro de miles de años.

El fenómeno en cuestión no es ficción, y lo llaman "Manhattanhenge". Dos días al año -los citados 28 de mayo y 12 de julio- el sol del atardecer se alinea con el trazado de los viales que forman Manhattan, de modo que podemos ver el sol poniéndose desde todas las calles pares que van de este a oeste. Un factor importante para que esto tenga lugar tiene que ver con la inclinación de 29º respecto al verdadero eje este-oeste de las calles.

Instante crucial del "Manhattanhenge"

A decir verdad, existen otros dos días próximos al solsticio de invierno (5 de diciembre y 8 de enero) en que se produce el mismo fenómeno al amanecer, sin embargo en esa época hay una alta probabilidad de que el cielo esté cubierto y no se pueda disfrutar de su belleza.

El término fue acuñado en 2002 por el astrofísico David deGrasse, haciendo una analogía con Stonehenge, el monumento prehistórico británico cuyas piedras se alinean con el amanecer en determinadas fechas del año.

El sol entre los megalitos
Alineación solar en Stonehenge 

Sin duda cuando planee mi viaje iniciático a esta ciudad de ciudades tendré en cuenta estas dos fechas. Debe ser impresionante poder contemplar el espectáculo de los rayos de sol cruzando literalmente las avenidas, amplificado por los miles de rascacielos de cristal de la Gran Manzana.

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