Nos dieron -en la oficina de turismo- un mapa y una fotocopia con los horarios de los principales sitios que se pueden visitar en Zamora. Había muchas iglesias, pero de todos ellos, el que más llamó mi atención fue el llamado "Centro de Interpretación de las Ciudades Medievales"; el nombre prometía.
Aunque ya he tenido varias experiencias poco alentadoras con los museos y los centros de interpretación dedicados expresamente a la historia de las ciudades (Londres o Toledo se me vienen a la cabeza), es tal el interés que tengo sobre el fenómeno urbano (ya sea medieval o de cualquier otra época) que volví a picar.
No creáis, no busco cosas excepcionales, nada de grandes montajes, piezas únicas o explicaciones sesudas. De hecho, yo ya tengo mi "centro de interpretación de las ciudades" ideal; está en mi cabeza. Lo que busco en realidad son soluciones frescas, innovadoras, nuevos modos de comunicar al público en general la riqueza del fenómeno urbano y su evolución. Y no me refiero a tecnología.
A veces rodeadas de grandes artificios, en estos sitios lo normal es encontrar las historietas típicas sobre las ciudades, con las ideas típicas, propias de una historiografía rancia carente de perspectiva. Salvo que haya alguna maqueta más o menos vistosa o un audiovisual medio decente, la gente -lo he podido comprobar a mi alrededor- sale de estos centros decepcionada. Se siente timada. Por eso muchos los encuentras vacíos.
En mi opinión esta imagen muestra "lo mejor" del Centro de Interpretación.
En el "Centro de Interpretación de las Ciudades Medievales" de Zamora la entrada es gratis, y menos mal. De acuerdo que no les hemos pillado en el mejor momento (estaban ocupados con el trasiego de un nuevo montaje), pero eso no es excusa. Llegas allí y te "desayunas" con que se trata de una recinto expositivo donde la ciudad medieval no era la protagonista, sino que se estructura en tres ambientes; uno dedicado efectivamente a la ciudad, otro de arte de vanguardia y, finalmente, un mirador.
Sigues adelante y ves que el espacio museográfico es exiguo, y que apenas cuenta con un conjunto de paneles (¡a leer se ha dicho!), un par de malas maquetas y algunos objetos bastante descontextualizados. En fin, casi lo que más duele es la impresión de que -a pesar de lo escaso del contenido- aquello ha "custado" mucho pero que mucho dinero. En fin, subes a la segunda planta y ya se acabó. Nada más de ciudad, muy poco arte de vanguardia, y un mirador con vistas al Duero y su Puente de Piedra.
Vista del Puente de Piedra sobre el Duero, cortesía de Custo Barcelona.
Bonita vista sin duda. Pero cuidado, en la cristalera una gran letrero vuelve a insistir en el caos mental que parece reinar en la cabeza de los que gestionan este tinglado: "Custo Gallery Barcelona Graphics" ¿Qué? ¿que no sabéis quien es Custo?
No sé si se trata de un montaje provisional, y no tengo nada en contra de mezclar lo histórico con lo actual, pero hay formas y formas de hacerlo, y aquí se lo han montado muy mal. No lo recomiendo para nada. Al menos, ¡que le cambien el nombre al centro de interpretación para no engañar a incautos como nosotros!
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