martes, 11 de marzo de 2014

Vitoria, Gasteiz y el misterio de Santa Ana (II)

Sonaba extraño: ¿cómo podía ser que durante siglos Vitoria hubiera tenido otra santa patrona y no se conservara memoria alguna de ello? Sin abrir un solo libro ni pasarme por el archivo, lo cierto es que estuve varias semanas con el tema rondándome por la cabeza.

Escena del abrazo de San Joaquín y Santa Ana.
Retablo de la Capilla de Santa Ana de la Catedral de Burgos.

Al cabo de un tiempo a base de darle vueltas me di cuenta de que en realidad no hacían falta nuevos datos, bastaba con ponerme a repasar -siquiera mentalmente- todo aquello que los vitorianos tendemos a dar por supuesto en nuestra historia. 

Porque -veamos- ¿si no fue oficialmente declarada patrona de la ciudad hasta 1921, si su culto no se sistematizó hasta la fundación de su cofradía en 1613, si de hecho el primer testimonio claro de la existencia de una Virgen Blanca en Vitoria es bastante tardío -hablamos del año 1517- en ese caso, me pregunto, es lícito remontar el culto a la Blanca hasta los mismos orígenes de Gasteiz? 

Los historiadores clásicos de los siglos XIX y del XX así lo supusieron, llegaron a sugerir incluso que, aparte del fuero de 1181, ésta habría sido otra de las grandes aportaciones que hiciera a nuestra ciudad el Sabio de Navarra, Sancho VI. Evidentemente, no existía prueba alguna de ello, pero la hipótesis sonaba plausible...¿por qué no?

Nuevas dudas me vinieron en mente al recapitular la larga lista de esas otras vírgenes que también contaron con una fuerte tradición en Vitoria, como fue el caso de la Virgen de la Esclavitud, o el de la Inmaculada, también el de la Virgen de los Dolores o el de la Virgen de las Candelas, entre otras... 

De hecho, me resultó extremadamente llamativo comporbar cómo, Joaquín José de Landazuri, precisamente en la obra que consagra a la historia de Vitoria, apenas reservaba unas pocas lineas para hablar de la Blanca. Su escrito estaba a decir verdad dedicado a otra de las grandes devociones vitorianas, la Virgen del Rosario "que se venera en el Convento de Santo Domingo de la M.N. y M.L. Ciudad de Victoria". 

Todo apuntaba por lo tanto a que hasta bien entrado el siglo XIX en Vitoria no había habido una única y oficial patrona. Entre tanta 'competidora' ¿cómo pudo en algún momento destacar Santa Ana? Pensé entonces que había dado con una pista falsa...

(sigue aquí)

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