Muchos de los ejemplares de letrina que estoy observando en la vieja Gasteiz, cuentan ya -y parece que desde hace tiempo- con tuberías que conducen las deposiciones directamente desde el receptáculo del retrete hasta el colector del caño (o hasta la calle). No obstante, esta mejora no ha supuesto un cambio en el aspecto original de la mayoría.
Verde; trazado de 'caida' desde la letrina superior. Roja; desde la inferior. |
El sistema antiguo funcionaba pura y llanamente según la ley de la gravedad, es decir, las deposiciones caían a plomo -chof!!- hasta el caño (salpicando seguramente porque éste apenas era otra cosa que una zanja a cielo abierto), de modo que la disposición de las letrinas debía pensarse de tal forma que una no entorpeciese la 'línea de deyección' de otra.
Vista de la parte inferior (aún conserva los orificios originales) |
Los 'constructores de letrinas' en Vitoria resolvieron el 'problema' del modo obvio. Por ejemplo, cuando había dos pisos, hacían la estructura del 'wc' lo suficiente ancha para colocar el retrete del piso de arriba pegado al un lateral y el del piso de abajo pegado al lateral opuesto.
Por eso, aunque desde fuera muchas de las letrinas aparecen apiladas en una misma estructura, en realidad por dentro cada una tiene (tenía, mejor dicho) un hueco independiente para su propia 'línea de deyección'.
Lógicamente, cuanto más alto era un edificio más ancha debía ser la estructura conjunta de las letrinas. La que os muestro en este post es una de las más sencillas, de dos pisos (en realidad el piso superior es un 'postizo' muy reciente que no se usó como retrete de los antiguos), pero las hay de más. En la próxima entrada os pondré un ejemplo de tres pisos, un ejemplo de la vieja Vitoria por supuesto.
[Leer anteriores aquí: 'Cargarse en Vitoria-Gasteiz (I)' y 'Cagarse en Vitoria-Gasteiz (II)']
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