Al hilo de lo que dije en el anterior post, en el mundo existen buenos ejemplos de calles en pendiente que son mucho más que un lugar de paso. La Piazza di Spagna en Roma puede que sea el caso paradigmático; una escalinata que a priori sólo sirve para subir o bajar, se convierte en un lugar de reposo, de contemplación, de encuentro.., en fin, en un centro focal y dinamizador de la vida ciudadana.
Antes de romper la calle con las rampas mecánicas, ¿no podrían haberse ideado fórmulas alternativas para los cantones del Casco Medieval de Vitoria?
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