Este texto no es mio, lo leí en uno de los blogs que sigo habitualmente, el blog de Carne Cruda, un programa de Radio 3. Creo que puede ser interesante. Válido para arqueólogos (practicantes o escépticos), también para no arqueólogos, para ciudadanos abstencionistas hartos de tanta política basura (no votes!) y para inconformistas sistémicos. Vale en definitiva para tí si quieres leerlo (pero por favor, de principio a fin).
Pensar demasiado es peligroso.
Yo cuando no pienso, vivo mejor.
No sufro, pero vivo mejor
(Accidents Polipoètics).
Pensar demasiado es peligroso. Pensar es demasiado peligroso. No pienses y vive mejor. Te lo dicen desde que haces el primer intento de pensar: NO LO HAGAS. No hagas esto, no hagas lo otro, no digas eso, no digas eso, no digas, no hagas nada que yo no haya pensado, que no haya pensado por ti, porque lo hago para ti, porque soy tu padre, tu Padre Estado, tu santo Padre y tu padre y muy señor mío y porque yo lo digo y porque cuando seas padre comerás huevos y ¡ahora métete los huevos en la boca y cállate!, porque yo lo digo, porque yo te obligo, porque soy tu gobierno, tu oposición, tu partido minoritario, tu partido autoritario y hasta la madre que te parió, porque soy tu impuesto y tu imposición, porque yo lo impongo, porque yo lo mando, porque YO MANGO, porque yo te mango, yo te mangoneo porque yo lo valgo, porque tú no vales nada, porque vales lo que yo te pago, porque yo te pego, porque soy tu policía, soy tu amo, eres mi perro y si me ladras te casco, te multo, te cobro, te cargo, te hago una carga, una sobrecarga y un embargo, porque soy tu banco y tengo tu casa, tu coche, tu tele, tu radio, tu periódico, tu barrio, tu esquina, tu supermercado, tu salario, tu hipoteca, tu salud, tu trabajo, tu tiempo, tu ocio y hasta tu descanso, no es tuyo, tú lo llamas tuyo pero es mío, dámelo, mío es tuyo no, ni tu mujer, ni tu marido, ni tus amigos ni tus hijos ni los hijos de tus hijos y mucho menos la escuela de tus hijos, es mía, son míos, págame y dámelos, míos son, tuyos no, tú no tienes nada, tú no tienes nada, eres lo que tienes así que no eres nada, tú me perteneces, tú me obedeces, porque todo lo que tienes me lo debes, porque debes, porque tienes que hacerlo, porque has de hacerlo, porque te obligo, porque te lo digo, porque yo lo digo, porque yo lo digo y porque yo lo digo.
Van a por nosotros, las hordas internacionales de madres y delegados y funcionarios y chinchillas y hurones moralistas que desean llevarte cogidito de la mano a tu jubilación. Y que te advierten: Pensar demasiado es peligroso.
Pensar demasiado es poco juicioso. Nos lo llevan diciendo desde que mostramos el primer atisbo de querer pensar por nuestra cuenta. No pienses por tu cuenta. No puedes pensar por cuenta porque no tienes cuenta, porque tienes la cuenta vacía, porque no cuentas. No pienses para no dar cuenta, para no contar.
Cualquier cosa que digas podrá ser utilizada en tu contra.
Cualquier cosa que pienses será utilizada en tu contra.
Cualquier cosa que hagas será recordada y pagarás por ello.
(Accidents Polipoètics).
(Accidents Polipoètics).
Pero tú no tienes dinero en la cuenta para pagar. Así que no pienses. Pensar es caro, pensar cuesta, pensar te cuesta, pensar te puede costar caro. Pensar te puede costar el paro. PENSAR TE QUITA TIEMPO PARA NO PENSAR. Te quita tiempo para no hacer nada. Te quita energías que podrías utilizar en no pensar. Energías que podrías utilizar en esforzarte en no esforzarte, en no enfrentarte, en no moverte, en no hacer, en no decidir por tu cuenta, ya que tú no tienes cuenta.
Sólo no pensar no es peligroso. Cuando uno no piensa, vive mejor, no sufre pero vive mejor. Pero es muy difícil no pensar. Así que somos todos peligrosos. Tened cuidado. Van a por nosotros. Por eso muchos han decidido no pensar. Y vivir mejor. Y ellos lo aprovechan para vivir a nuestra costa.
(Texto inspirado en "Todo lo que ves es un conejo" y "Van a por nosotros" del disco "Polipoesía urbana de pueblo" de ACCIDENTS POLIPOÉTICS).
Con perdón, no veo la relación entre este texto y los arqueólogos que llamas "escépticos".
ResponderEliminarEl escepticismo, muy aplicable a la arqueología o a cualquier otra disciplina, se basa en poner en cuestión afirmaciones (técnicas, interpretativas, deontológicas, etc.) que, a priori, se dan por sentado.
Esto implica que el escéptico ha realizado un ejercicio de reflexión y crítica (ha pensado, al fin y al cabo), y por tanto, no se encuentre en el mismo saco que el de los receptores (ideales) a los que iría destinado dicho texto.
¿Cómo lo ves?
Hola Hama, creo que tienes razón pero sólo hasta cierto punto...desde mi perspectiva, cada vez con más frecuencia se da la figura del arqueólogo escéptico "por sistema". Dígase aquél profesional que prefiere no arriesgarse exponiendo sus ideas al juicio del resto de colegas,y que por contra no pierde la ocasión de opinar y -por supuesto- no deja títere con cabeza cuando se trata de criticar sin argumentos de fondo aquellos discursos construidos por otros. Queda demasiado bien ser escéptico...tiran la piedra y esconden la mano. ¿No te parece?
ResponderEliminarEsos no son arqueólogos. En mi país, les llamamos "tertulianos": especialistas en casi nada, comentaristas de casi todo;
ResponderEliminarEn todo caso, Ismael, al margen del "escepticismo", tienes toda la razón.