martes, 1 de noviembre de 2011

Pioneros (I): John Lubbock.

Sir John Lubbock, primer Baron de Avebury, nació en Londres en 1834. Hijo de un rico banquero, se crió en Kent, cerca de la casa de Darwin, con cuyos hijos jugaba a menudo. La influencia de tan eminente vecino marcaría la vida del pequeño John, de tal modo que -aunque siguió los pasos de su padre en la banca-, nunca dejó de ser un experimentador incansable, aunque tal vez algo excéntrico (practicó incluso la entomología). 


Sir John Lubbock

Entre todos los campos por los que se interesó, pronto destacó la Arqueología (llegó a aprender danés, sencillamente porque Dinamarca era por entonces el líder mundial en nuestra disciplina). Miembro del Consejo del Museo Británico, director de la London University y autor de populares libros, a muchos os sorprenderá saber que fue él quien acuñó los términos "Paleolítico", "Mesolítico" y "Neolítico", además de ser uno de los primeros en emplear la novedosa y práctica palabra "Prehistoria".

Como no es mi intención hacer una biografía detallada (de la cual podéis tener buena muestra en la wikipedia), antes de nada, me gustaría que os quedáseis con la idea de que John Lubbock fue uno de los primeros legisladores que trabajó en favor de la protección del patrimonio arqueológico. 

Complejo prehistórico de Avebury (Wiltshire)

En 1872, gracias a la información que le proporcionara un informante local, Lubbock se enteró de que estaban a punto de derribar gran parte de Avebury, un complejo pétreo bastante más amplio que el de Stonehenge; iban a construir varias viviendas. Dada su acomodada posición, John no dudó en adquirir directamente los terrenos amenazados (junto con otros monumentos cercanos, West Kennet, Long Barrow y Silbury Hill), pero enseguida se hizo evidente que no podría proteger todas las piezas valiosas que pudieran verse amenazadas en Gran Bretaña, por lo que -desde su posición de parlamentario- empezó a presionar para legislar la salvaguarda de los tesoros históricos.

Túmulo de Silbury Hill (Wiltshire)

Hacer realidad esta ambición no fue ni mucho menos fácil, ya que los tories -los miembros del partido conservador-, consideraban la propuesta como un ataque contra los derechos de propiedad. La idea de concederle a un funcionario del gobierno el derecho a entrar en los dominios de un terrateniente, para que éste empezará encima a decirle cómo tenía que gestionar su finca, era disparatada y ultrajante. Pero Lubbock continuó insistiendo hasta que, finalmente, en 1882, bajo el nuevo gobierno liberal, consiguió la aprobación parlamentaria de la Ancient Monuments Protection Act, un primer paso en la historia de la legislación en favor del patrimonio arqueológico, gracias al cual hoy día podemos hablar de los famosos BIC's (Bienes de Interes Cultural).

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