Al sumergimos en la historia de una ciudad, muchos investigadores (yo entre ellos), tendemos a caer en la misma trampa, una ‘trampa’ que nos tiende la propia ciudad que es objeto de nuestro interés. Ella siempre trata de convencernos de que es la única, la más importante, el ombligo del mundo.
Convento de Santo Domingo de Vitoria en 1913, cuando aún quedaba algo de sus ruinas. |
Desde un principio cuando empecé a trabajar en mi tesis doctoral sobre los orígenes de Vitoria, sentí esa misma suerte de ‘canto de sirena’, esa voz interior, que me impulsaba a concentrarme cada vez más en lo local, como si no existiese otra ciudad ni otra historia que no fuese la de Gasteiz.
Afortunadamente creo que reaccioné a tiempo. De hecho, hoy día estoy persuadido de todo lo contrario. Así, aunque pueda sonar contradictorio, la experiencia me está enseñando que, cuantas más ciudades se conozcan, más herramientas se tiene para profundizar en la historia de una de ellas en concreto.
En el caso de Vitoria-Gasteiz, no solo me estoy refiriendo a las poblaciones más próximas (he aprendido mucho recorriendo las calles de Tudela, Sangüesa, Estella, Pamplona, Santo Domingo de la Calzada, Nájera, Logroño, Burgos, etc.), sino también a aquellas aparentemente más distantes a su problemática (como podrían ser Roma, Siena, Paris, Sevilla, Cádiz, Trujillo, Praga, Lisboa o Évora, entre otras muchas que he podido estudiar de primera mano). Prácticamente en todas estoy recabando claves que –creo- van a ser fundamentales para entender y reescribir los orígenes de nuestra querida Gasteiz y su sucesora Vitoria.
El 'puzzle' de los orígenes de nuestra ciudad está siendo especialmente complejo de reconstruir, debido a que muy pocas de sus ‘piezas’ han llegado a nosotros (a diferencia de otras poblaciones, en Vitoria la mayoría de los edificios históricos fueron demolidos entre finales del siglo XIX y principios del XX).
Interior de la iglesia del Santo Sepulcro (Estella). En ella, he encontrado claves interesantísimas para entender cómo evolucionó San Miguel de Vitoria |
Parte de las piezas del puzzle vitoriano, irán apareciendo según avancen las excavaciones arqueológicas y se descubran nuevos documentos, pero otras -la mayoría- habrán de ser deducidas a partir de los escasos incidíos que se puedan ir recabando. Para ello serán precisas nuevas y buenas 'claves de lectura', claves interpretativas, claves que no hay mejor manera de lograr si no es reconociendo 'in situ' otras urbes que conservan hoy día todo aquello que en Vitoria ya está perdido.
Todo esto que acabo de decir, puede servir de paso evitar equívocos durante el programa de visitas guiadas al que damos inicio el primer fin de semana de Septiembre (www.origenesvitoriagasteiz.net). Vitoria-Gasteiz, sus orígenes, serán, sí, los protagonistas, pero que nadie se espere una nueva colección de anécdotas, plagadas de viejos ‘vitorianismos'.
Uno de nuestros objetivos es el de ofrecer una alternativa de ocio cultural; amena, entretenida, divertida en definitiva. Pero desde Enklabe KST lo que hacemos es divulgación científica, y por lo tanto, también pretendemos hacer justicia al trabajo de los científicos, a la relevancia de las investigaciones arqueológicas que -lideradas desde la Universidad del País Vasco- han revolucionado lo que sabíamos sobre nuestros propios orígenes.
Así, con las explicaciones de nuestras visitas trataremos de desterrar tópicos y trascender localismos, para que al final se aprecie cómo la historia de nuestra ciudad puede ser 'única' y al mismo tiempo 'común y corriente' porque -a fin de cuentas- Gasteiz no nació aislada en una burbuja, sino formando parte de una densa red de asentamientos, en una época donde había -y hay- muchas otras como ella.
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