¡Milagro!, ¡la Blanca!, ¡milagro!

Según publica 'La Libertad': "El pueblo, dado siempre a lo misterioso y sobrenatural, hace no pocos comentarios con motivo de las manchas aparecidas en la imagen de la Virgen Blanca que se halla en la fachada de San Miguel. Débense estas seguramente, a los efectos del gas del alumbrado, por lo que se dice que de aquí en adelante se usará luz eléctrica en vez de la que hasta ahora se ha empleado". 

Virgen Blanca, año 1902. Se pueden contar hasta ocho farolillos.

Sobre el mismo hecho, los redactores de 'La Concordia' apuntan: "Dos días consecutivos se ha hablado largamente en esta ciudad, sobre todo entre las clases populosas, del cambio que se había notado en la cara de Nuestra Señora de la Blanca y el Niño, cuyo color había cambiado por completo. Hemos procurado enterarnos sobre el particular y de cuantas versiones hemos oído, parece ser la más corriente la de que, roto el cristal de uno de los faroles que alumbran a la Virgen, la acción del gas había ennegrecido los rostros de ambas imágenes, las cuales, con la limpieza de que ayer fueron objeto, han vuelto a su anterior estado. A esto ha quedado reducido lo que por algunas gentes sencillas, pero llenas de fe, se creía que podía ser un milagro". 

Por su parte, 'El Anunciador Vitoriano', se muestra más taxativo y exigente cuando dice: "Rogamos al Ayuntamiento, o al Sr. Párroco de San Miguel, o a la Cofradía del alumbrado de la Virgen Blanca, o a quien corresponda, que se fijen en el lastimoso estado en que han puesto el rostro y aún parte del traje de la Imagen que existe en el frontispicio de la dicha parroquia, y disponga desaparezcan las grandes máculas que hoy la afean; bien pintándola como Dios manda, bien limpiándola, si esto es posible; pues causa no poco sentimiento a los devotos vitorianos ver a su santa Patrona tal cual se encuentra hoy". 

La noticia de que dan cuenta estos 'breves' de la vieja prensa vitoriana, tuvo lugar la primera semana de noviembre de 1890 (El Anunciador publicó el día 8 mientras que La Libertad y La Concordia lo hicieron el 9). La gente estaba convencida de que era un milagro de la Virgen Blanca, pero -como puede verse en la fotografía de arriba- todo apunta a que los responsables de tan prodigiosa transformación fueron los ocho farolillos que durante mucho tiempo sirvieron para iluminar su hornacina.